Esto no es un banco. Es un tributo a todos los bancos. Una manera de dignificar su menospreciada labor. Todos tenemos un banco escondido debajo de la alacena, dentro de un armario, o en el patio. Siempre que haya que cambiar un foco, ordenar la cocina, o simplemente sentarse, esta ahí.
Este banquito quiere ser útil aún cuando no se sienta nadie.
Este no es un banco - es un perchero. Un sencillo sistema de taquete y tornillo le da al banquito la oportunidad de cumplir su sueño y colgarse en la pared, donde se pueden colocar abrigos, bolsas o sombreros.
La calidad y perfección en el trabajo de la madera son els ello de este producto.