El texto y el follaje oculta a los sujetos, no los deja ver, solo abriendole se de-velan.
"El castellano, idioma dominante de cientos de lenguas indígenas, no observa identidades y construcciones de género como representaciones de la sexualidad. Por ejemplo omitió "muxe", o "ninauposkitzipxpe" que son posibilidades de terceros, cuartos, o quintos géneros, o como dice Roscoe "Personas con los dos espíritus" (masculino y femenino).
Con las conquista del lenguaje se buscó el sometimiento y adoctrinamiento de los cuerpos a un nuevo orden, una sola formula que delimite esos cuerpos y sus relacionamientos: Heteronormativa-Binaria-Patriarcal.
No podían haber dos narrativas que fueran consideradas válidas sometiendo al mismo tiempo los cuerpos y la sexualidad. El proceso de conquista fue un vaciamiento, fue desnudar a los indígenas para ser vestidos violenta y brutalmente para integrarlos al nuevo paradigma eclesiástico.
La formula conquistada es inferior y se vuelve resta: “Soy lo que No Soy, lo que no Soy Es”, se quita mediante las herramientas validadas por el grupo, ya sean simbólicas, metafóricas o sangrientas, pero siempre violentas. La autoridad que es quien instaura los metadiscursos, define lo que ahora Es Autoridad, engendra autoridad y la resucita. Las grandes narrativas obedecen a necesidades corporales; lo que Foucault llamó el aleccionamiento disciplinario y ordenamiento de la sexualidad y corporalidad.
Tomemos el sufijo “per” que quiere decir “a través” y veremos que lo performativo es considerado PER-versión, es decir formas y versiones eliminadas por la nueva formula, llevándolas al silencio y vaciamiento de sentido.”