Welcome Nana...
Welcome
to Nanakorobi.
De la pregunta por la libertad, en su más amplio sentido, es que surge nuestra obra de danza-teatro Nana. Fue nuestra pulsión inicial intentar comprender que significa poseer el control y que representa perderlo. Habló de nosotros y por nosotros, de nuestra intimidad universal, de nuestro miedo, de lo crudo, de lo amargo, de lo sucio...
"En los cuerpos hay mujeres desmembradas por la danza. Sus movimientos maquinales remiten a una danza en un cuerpo compuesto por restos de otros: brazos y piernas que parecen responder a voluntades distintas que en su encuentro chocan, se fagocitan, se traban, se automatizan... ¿qué quiso decir cuando levantó la mano recortada por sus tendones y se pasó fuerte las yemas de los dedos por la cara, como si en lugar de piel se acomodara un catálogo de gestos falsos para volver a animarse?" [...] Andrés Manrique - ANRed
Las ideas de libertad son muy distintas y personales, pero logramos fijar algunos puntos en común que finalmente guiaron la obra: decidimos tomar estados que por lo general no se controlan del todo, como la risa, la caída o el bostezo, e intentar controlarlos al cien por ciento para de ese modo ser sujetos más libres... Como una nana de niños, como muñecas de un tiempo indefinido, cayendo siete veces para levantarse ocho.
El vestuario estuvo compuesto de elementos yuxtapuestos propios de todas las épocas y con ciertos signos de sujeción, al que se le iban adosando capas de tiempo, como un pantalón al que la madre debe agregarle parches cada vez que el hijo vuelve de jugar. Buscamos remarcar una constancia temporal, de repetición, de prueba y error, pero siempre indefinida. De igual forma, la iluminación y la escenografía se combinaron para lograr un ambiente intimista, en el que el público se introducía por completo en el mundo-escena y podía tocar la calidez, la suciedad, la enormidad, la espera...
"Los cuerpitos de esas muñecas antiguas y rotosas, olvidadas y fallidamente vueltas a la vida –como un Pinocho con un Geppetto más cruel que amoroso–, encarnan la tristeza, el extrañamiento, la fascinación y el rechazo (el morbo, en fin) que muchas veces se despiertan las muñecas antiguas de vitrina, esas que normalmente no se mueven tanto, pero que parece que están a punto de hacerlo" [...] Majo Rubin - Bailarlescritos
El universo gráfico responde a la idea de la reiteración para conocer: la secuencia de un eterno estudio de las capacidades físicas que pueda desembocar finalmente en la impostación de un cuerpo escénico, representado a través de elementos que fueron parte de nuestro abanico de disparadores iniciales (la mueca, la sabiduría, la censura, el control).
En consonancia con la estética de la obra, se eligió un formato panorámico que construya un ejercicio lineal de un recorte temporal. A su vez, al ingresar a la sala el público recibía como programa de mano una serie de normas e indicaciones que repensaban aquellas zonas del cuerpo incontrolables y les adjudicaba roles que no les eran propios, seguido de un kanji cuyo mensaje azaroso era retomado durante la representación.
Desde el parte audiovisual, se produjeron una serie de teasers en los que se hacía una aproximación a las principales preocupaciones de cada uno de los personajes, en el marco de una campaña de redes.
Quiénes somos Nanakorobi
Dirección: Daniela Cámpora
Intérpretes: Ines Pagnotta | Marina Andreotti | Rocío Bernardez | Sol Lemonni
Dirección Artística (fotografía, audiovisuales, gráfica, vestuario y escenografía): Lila Dagna Woszezenczuk
Idea: Todas Nana
Tutoría: Mauro Sebastián Cacciatore
Críticas de Prensa
* Pág/12 - Paula Sabatés
* ANRed - Andrés Manrique
* BLE - Majo Rubin
THANKS FOR WATCHING!