Insomnio
Las luces de la ciudad dibujan sombras de cuerpos que ya no existen.
La soledad se apodera de las calles, y esos muros que una vez estuvieron llenos de vida, ahora están condenados a ser testigos del silencio.
Aquellas pesadillas que sólo existían en nuestra mente, de repente se tornan más lúcidas que nunca.
La soledad se apodera de las calles, y esos muros que una vez estuvieron llenos de vida, ahora están condenados a ser testigos del silencio.
Aquellas pesadillas que sólo existían en nuestra mente, de repente se tornan más lúcidas que nunca.
Y las voces de quienes no pueden hablar, son las únicas cómplices de estas noches de insomnio.
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