Wenceslao Buron's profile

Manzanilla y Anís - Honey and Desire

Manzanilla y Anís is a creative project born in the collaboration between Paula Velasco and Wenceslao Buron.

Honey
Text by Paula Velasco
Illustration by Wenceslao Buron
Interior noche.
Abres los ojos.
Penumbra. El cuerpo, tendido. Los músculos, en reposo. Todo está en calma, nada se mueve. Tan solo el pecho, que sube y baja. Y, con él, las sábanas. Arriba. Abajo. Arriba. Abajo.
Acompasas tu respiración a la respiración de los otros que habitan este espacio, no sea que exhalar a destiempo les despierte.
Algo no está bien. Entra luz cálida por la persiana entreabierta, y en el callejón resuena el silencio. Deben de ser más de las 4. El vacío perfecto. Ya no queda nadie ahogando la noche en los bares cercanos y las cafeteras siguen durmiendo.
Algo no está bien. Por un momento piensas que te has desprendido del cuerpo, pero mueves primero un dedo del pie, y luego otro, y luego te envalentonas y te giras sobre el costado, encogiéndote, haciendo tuyo todo el calor. Pero algo no está bien.
Pones un pie en el suelo, sientes el frío y sonríes. Sigues sintiendo las agujas, sigue gustándote el contraste. Te miras los pies y te das cuenta de que no ves como sueles ver.
No digo ver bien porque, no nos engañemos, la forma de tu córnea no está hecha para ver bien. A no ser que normalicemos la miopía y un nada despreciable astigmatismo, claro. Pero ves de una forma diferente, así que, de manera casi instintiva, te diriges al espejo más cercano.
Creo haber contado 11 pasos. 5 para cruzar la habitación diagonalmente, 3 te separan de la puerta del baño, perpendicular a tu puerta y separada de ella por un pasillo que de niña fue lava, 4 hasta el espejo (en el segundo enciendes la luz).
Te miras.
Te ves.
Tu pupila parece perderse, comprimida por la luz. La luz es, recuerdas, también calor, por eso no te extraña que tu iris haya empezado a derretirse, que ahora te chorree por la mejilla y caigan gotas de miel en el lavabo.
Y te das cuenta de qué era distinto. No estoy hablando del repentino comportamiento del globo ocular que a ti, que lees, puede parecerte inusual, porque tu cristalino nunca se ha fundido. Me refiero a que, desde que abriste los ojos, te viste desde fuera.
Desde fuera del texto pero dentro de la lectura, responderás. Sí. Pero también desde fuera de ti.
Fin del plano secuencia. 




Desire
Text by Paula Velasco
Illustration by Wenceslao Buron
¡Qué bonito cuando pides un deseo y se cumple!, ¿verdad, Laia? - Patricia interrumpiéndome con la mano levantada y con una tensión tal que le temblaba el brazo.

Qué molesto cuando estás hablando y te cambian de tema así, pensé yo.
Ni siquiera recuerdo cuándo fue la última vez que pedí un deseo, Patricia. Ojalá tuviese tu vehemencia. Ojalá ver una estrella fugaz y pedir un deseo. Ojalá soplar las velas, soplar pestañas, ojalá todos los rituales. Ojalá tu inocencia.

Ojalá tener todavía esa vehemencia, pero lo único que tengo son 26.100.000 resultados en 0,40 segundos. Cómo pedir un deseo en 5 pasos, con imágenes. Desear sin maldad (desear algo como lo desearías tú, Patricia). Desear en un lugar especial -confío en que el aquí y ahora sean especiales, pero yo no soy especial, y tampoco lo es mi espacio-tiempo-. Visualizar, tener confianza.
Confianza en qué.
Por qué habría de cumplirse mi deseo ni el deseo de nadie.
Yo solo sé de deseo carnal y de deseo político, que no es deseo, sino la combinación perfecta entre lucha y resistencia. No quiero desear como deseas tú, y no lo digo con la voz de quien aspira al ascetismo. No lo digo desde la filosofía barata de El club de la lucha ni desde la normalización de la precariedad de las páginas de El País. El hombre es deseo, dicen los filósofos. El hombre es deseo, la mujer no. El hombre es deseo, y por lo tanto, es sufrimiento. Yo no. Que ironía ser yo ahora la que se interrumpe a sí misma, yendo del deseo individual al querer colectivo.
Manzanilla y Anís - Honey and Desire
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