PABELLÓN ENTRAMANDO
Pabellón en el jardín botánico, en medio de una hondonada junto a un camino que atraviesa una zona boscosa, tras la cual, existe un claro. Un muro con nichos habitables cierra los costados hacia el bosque y un gran pilar permite abrirse hacia el claro. Tras la penumbra en la “gruta” de entrada, el espacio se abre y se revela la cubierta: un entramado de tres niveles que se traslapan generando pozos de luz. Luz que se filtra y rebota a través de estos, pues la inclusión de marmolina en la mezcla del concreto, hace de este lo más blanco posible. Estos elementos, esbeltos, contrastan con los muros, pues su unión dilatada hace evidente la ligereza frente a la pesadez. La cubierta únicamente se interrumpe para permitir el paso de dos pinos romerones, anclando así, el pabellón con el lugar.