He creado un espacio en un principio unificado, sin barreras imponentes ni muros impenetrables, dividido por fronteras obviamente perceptibles pero no definitivas. Me gusta definir el espacio como una colección sin matices de juntas en un solo lugar y no como distintas regiones totalmente inmiscibles.

Empezamos el recorrido por el corredor inferior, flanqueado al oeste por un muro pesado con un vano en su parte superior, lo cuál lo convierte la estancia en este sitio en una comodidad oscura que te incita a salir de aquí rápido. la solución se presenta al este en forma de tres escaleras, cada una conduciendo a un punto diferente.

La simetría horizontal hace que la escalera sur sea un espejo del recorrido que hace la escalera norte. Ambos suben en zigzag hasta el punto más alto del proyecto en tres tramos con amplios descansos que desembocan en una pequeña terraza centralizad en el lugar, desde la cuál se obtiene una visual completa del proyecto, desde los bajos corredores hasta los espacios de congregación al este.

La incómoda e imponente escalera central recompensa el esfuerzo de subirla con un amplio salón, iluminado por las ventanas de ambos lados del proyecto. Éste espacio de congregación conecta con el último recoveco del proyecto por dos escaleras tímidas en los extremos sur y norte, un corredor estrecho con techos altos, tenuemente iluminado, totalmente protegido.