Mi obra es una crítica a la fotografía de producto como herramienta de la publicidad. Cuando voy por la calle y veo todos los anuncios publicitarios no dejo de pensar en la cantidad de horas que pasan los editores de fotografía en el photoshop, tratando de crear una realidad alterada, llena de superficies lisas y curvas perfectas.

La publicidad transforma productos de uso cotidiano en objetos banales, que al no tener huellas o marcas de uso, se convierten en algo irreal y sin memoria. Estamos inmersos en el culto a la banalidad, en una oda a lo superfluo, a lo pasajero.

Tensión superficial es una serie fotográfica que busca hacer una crítica a la publicidad, ridiculizando lo que de por sí es ridículo. Un doble juego del absurdo. Después de elegir la botella más transparente, usando una meticulosa iluminación, el fondo más blanco y liso, interminables tomas, infinitas horas de photoshop, obtengo la imagen de una botella de agua perfecta, pero, en medio de tanta exageración, parece que he olvidado un pequeño detalle, dentro de la botella aparece flotando un largo pelo negro. Algo socialmente inaceptable, impermitible, sucio y asqueroso.