Delirium rupestris

Por: Diego S. González Ojeda

He llamado Delirium rupestris al producto del contagio que me han provocado tres acontecimientos: el contacto con la obra de estilo precolombinista del artista Estuardo Maldonado; la asunción del punto de vista estético-filosófico de G. Deleuze y F. Guattari; y por último una entrañable relación con los petroglifos de Loja. Trataré de explicarlo mediante un ejercicio spinozista.

Nuestro cuerpo actúa o padece. Cuando nos encontramos con otro cuerpo, el nuestro padece, recibe las afecciones que aquel le imprime. Las pasiones que se generan al encuentro con otros cuerpos son de dos tipos, afectos de alegría o tristeza. Los afectos de alegría favorecen nuestra potencia de actuar, mientras que los afectos de tristeza la disminuyen. El cuerpo del petroglifo se encuentra con el nuestro. Se trata de un encuentro feliz. Desde entonces nuestra potencia de actuar no ha dejado de verse favorecida.

Procuramos evitar las ocasiones en que nuestra potencia se ve disminuida y buscamos aquellas en que se ve favorecida, directamente, por afectos de alegría. No podemos apartarnos de las tristezas inevitables, aunque sí procurar en todo momento, no mantenernos en ellas. Nos apartamos sí, de situaciones que afectando directamente de tristeza, nos podrían generar pequeñas alegrías de manera indirecta. Hacemos esto porque cada vez que recibimos afectos de tristeza o de alegrías indirectas nuestro cuerpo hace tal inversión de esfuerzos para evitar la situación que nuestra potencia se ve disminuida de todas formas. Nuestra potencia se ha visto favorecida durante los registros arqueológicos, cada vez que hemos podido conquistar una porción de referencia y se ha disminuido cuando sentimos las intervenciones abusivas sobre los sitios, o cuando un vestigio ha sido objeto de vandalismo. Se trata de tristezas inevitables sobre las cuales muy poco hemos podido hacer (una denuncia, una sugerencia). A no ser que nos hubiéramos decidido por un activismo a favor de la conservación de los sitios arqueológicos, cosa que evidentemente nos habría llevado a un plano diferente del artístico, no podríamos haber avanzado en el sentido en el que lo estamos haciendo, si nos hubiéramos mantenido en la situación de un lamento. Al mismo tiempo, la opción de Delirium rupestris procura apartarnos de las alegrías indirectas cuando dejamos a un lado la forma, la identidad y la interpretación, imbricadas en los discursos sensacionalistas e identitarios, que funcionan simultáneamente como tristezas directas que atrapan la vida de las rocas grabadas, y como alegrías indirectas por el consuelo que ofrece el tener al menos algo qué contarle a la opinión pública.

Por el contrario, cuando procuramos las ocasiones en las que la alegría nos afecta directamente, somos capaces de componer nociones comunes con el otro cuerpo. Desde ese momento los afectos de alegría que hasta ahora han sido alegrías padecidas, o alegrías pasivas, se convierten en alegrías activas. Ya no nos producen alegría porque las padecemos, sino porque actuamos para procurárnoslas, porque somos capaces de producir nuestras propias alegrías, que se derivan de las composiciones de relaciones adecuadas que establecemos entre ese cuerpo y el nuestro. De eso se trata la apuesta por el Delirium rupestris: componer unos afectos entre nosotros y las rocas grabadas, que lejos de tributar a discursos de identidad o a historias sensacionalistas, lejos de quedarse en el respeto por la forma o de ir en busca de significados originarios, se entregue a la generación de unos ritmos en función de las líneas y las direcciones que capturamos en los grabados, propicie la detonación de multiplicidades según el devenir de cada fragmento y favorezca la aparición de nuevas fabulaciones.
Delirium rupestris

di Diego S. González Ojeda, versione italiana di Rosina Chiurazzi Morales


Ho denominato Delirium rupestris il prodotto del contagio provocatomi da tre avvenimenti: il contatto con l’opera di stile precolombianista dell’artista Estuardo Maldonado; l’assunzione dal punto di vista estetico-filosofico di G. Deleuze e F. Guattari; e infine una sviscerata relazione con i petroglifi di Loja. Cercherò di spiegarlo attraverso un esercizio spinozista.

Il nostro corpo attua o patisce. Quando incontriamo un altro corpo, il nostro patisce, riceve le affezioni che esso gli imprime. Le passioni che vengono generate dall’incontro con altri corpi sono di due tipi, affetti di allegria o tristezza. Gli affetti di allegria favoriscono la nostra potenza di attuare, mentre gli affetti di tristezza la riducono. Il corpo del petroglifo si trova con il nostro. Si tratta di un incontro felice. Da allora la nostra potenza di attuare non ha cessato di vedersi favorita.

Evitiamo le occasioni nelle quali la nostra potenza viene ridotta e cerchiamo quelle in cui viene favorita, direttamente dagli affetti di allegria. Non possiamo allontanarci dalle tristezze inevitabili, ma tentiamo di non permanere in esse. La nostra potenza è stata favorita durante i registri archeologici, ogni qual volta abbiamo potuto conquistare una porzione di referenza e si è ridotta quando patiamo per gli interventi abusivi sui siti, o quando un vestigio è stato oggetto di vandalismo. Si tratta di tristezze inevitabili per le quali molto poco abbiamo potuto fare (una denuncia, un suggerimento). A meno che non avessimo optato per un attivismo a favore della conservazione dei siti archeologici, cosa che evidentemente ci avrebbe portato a un piano differente da quello artistico, non avremmo potuto procedere nel senso in cui lo stiamo facendo, se ci fossimo mantenuti nella situazione di un lamento.

Quando procuriamo occasioni nelle quali l’allegria ci investe direttamente, siamo capaci di comporre nozioni comuni con l’altro corpo. Da quel momento gli affetti di allegria che fino a ora sono state allegrie patite, o allegrie passive, si trasformano in allegrie attive. Ormai non ci procurano allegria perché le patiamo, ma perché agiamo per procurarcele, perché siamo capaci di produrre le nostre proprie allegrie, che derivano dalla composizione di relazioni adeguate che stabiliamo tra quel corpo e il nostro. Questa è la scommessa del Delirium rupestris: comporre affetti tra noi e le rocce incise, che lontano dal rendere omaggio a discorsi di identità o a storie sensazionaliste, lontano dal rimanere nel rispetto della forma o di andare in cerca di significati originari, si consegni alla generazione di ritmi in funzione delle linee e delle direzioni che catturiamo nelle incisioni rupestri, propizi la detonazione di molteplicità secondo il divenire di ogni frammento e favorisca l’apparizione di nuove fabulazioni.



Vibración rupestre -16-4-16, 2016. Alambre. Ca. 32 (altura) x 35 x 31.5 cm.
Trazo sobre el horizonte, 2016. Ca. 55 (altura) x 50 x 42 cm.
Recuerdos de una partitura, 2013. Óleo sobre lienzo. 150 x 200 cm. Mención de Honor en el XVII Salón de Noviembre “Guillermo Herrera Sánchez”. Casa de la Cultura, Núcleo de Loja, noviembre de 2013.
Génesis y catástrofe, 2013. Óleo sobre lienzo. 150 x 150 cm.
Continuum, 2012. Hierro. 35 (altura) x 55 x 55 cm.
Petroglifo para Leibniz, 2011. Mixta sobre lienzo. 110 x 140 cm.
Barroco Guayural, 2011. Tinta sobre papel. 42 x 29.7 cm.
Estudio para escultura, 2011. Lápiz de grafito sobre papel. 42 x 29.7 cm.
Estudio, 2011. Acuarela y tinta sobre papel. 42 x 29.7 cm.
Variación caósmica, 2011. Tinta sobre papel. 42 x 29.7 cm.
Composición Anganuma, 2010. Óleo y cartón sobre lienzo. 65 x 50 cm. Segundo Premio en el XIV Salón de Noviembre “Guillermo Herrera Sánchez”. Casa de la Cultura, Núcleo de Loja, noviembre de 2010.
Devenir velocidad, 2010. Alambre sobre madera. 150 x 150 x 16 cm.
Trama en rojo, 2008. Acuarela. 65 x 50 cm.
Módulo I, 2008. Dibujo digital. Los trabajos de Módulo I y Módulo II recibieron el Segundo Premio en el Segundo Salón Nacional de Diseño “Gráfica étnica”, categoría profesionales. Cuenca, Mayo de 2008.
Módulo II, 2008. Dibujo digital.
Proceso para generación de Módulo I, en base a la roca grabada de El Guayural.
Proceso para generación de Módulo II, en base a la roca grabada de El Guayural.
Lagartija cósmica, 2002. Pastel sobre papel. 15 x 15 cm.
Doble espiral, 2002. Pastel sobre papel. 15 x 15 cm.
Ï-brown, 2002. Pastel sobre papel. 15 x 15 cm.
Delirium rupestris
Published:

Delirium rupestris

Artistic proposal from ancient petroglyphs of Loja (Ecuador).

Published: