Ilustraciones
Ilustraciones a partir de distintos textos
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Celulares convertidos en espías y delatores
Cada siete segundos y por razones de facturación, las compañías telefónica rastrean de dónde provienen las llamadas y cuánto duran. ¿Es la pérdida de la privacidad el precio de estar conectados?
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EXVOTO - A las chicas de Flores
Las chicas de Flores, tienen los ojos dulces, como las almendras azucaradas de la Contería del Molino, y usan moños de seda que les liban las nalgas en un aleteo de mariposa.
Las chicas de Flores, se pasean tomadas de los brazos, para transmitirse sus estremecimientos, y si alguien las mira en las pupilas, aprietan las piernas, de miedo de que el sexo se les caiga en la vereda.
Al atardecer, todas ellas cuelgan sus pechos sin madurar del ramaje de hierro de los balcones, para que sus vestidos se empurpuren al sentirlas desnudas, y de noche, a remolque de sus mamas —empavesadas como fragatas— van a pasearse por la plaza, para que los hombres les eyaculen palabras al oído, y sus pezones fosforescentes se enciendan y se apaguen como luciérnagas.
Las chicas de Flores, viven en la angustia de que las nalgas se les pudran, como manzanas que se han dejado pasar, y el deseo de los hombres las sofoca tanto, que a veces quisieran desembarazarse de él como de un corsé, ya que no tienen el coraje de cortarse el cuerpo a pedacitos y arrojárselo, a todos los que les pasan la vereda.
Buenos Aires, octubre, 1920.
Oliverio Girando. “Exvoto”, Veinte poemas para ser leídos en el tranía
Las chicas de Flores, tienen los ojos dulces, como las almendras azucaradas de la Contería del Molino, y usan moños de seda que les liban las nalgas en un aleteo de mariposa.
Las chicas de Flores, se pasean tomadas de los brazos, para transmitirse sus estremecimientos, y si alguien las mira en las pupilas, aprietan las piernas, de miedo de que el sexo se les caiga en la vereda.
Al atardecer, todas ellas cuelgan sus pechos sin madurar del ramaje de hierro de los balcones, para que sus vestidos se empurpuren al sentirlas desnudas, y de noche, a remolque de sus mamas —empavesadas como fragatas— van a pasearse por la plaza, para que los hombres les eyaculen palabras al oído, y sus pezones fosforescentes se enciendan y se apaguen como luciérnagas.
Las chicas de Flores, viven en la angustia de que las nalgas se les pudran, como manzanas que se han dejado pasar, y el deseo de los hombres las sofoca tanto, que a veces quisieran desembarazarse de él como de un corsé, ya que no tienen el coraje de cortarse el cuerpo a pedacitos y arrojárselo, a todos los que les pasan la vereda.
Buenos Aires, octubre, 1920.
Oliverio Girando. “Exvoto”, Veinte poemas para ser leídos en el tranía
Todo listo para la fiesta literaria
La Feria Internacional del Libro es uno de los clásicos más esperados del año cultural porteño, que a lo largo de estos 37 años logró posicionar a Buenos Aires entre los más grandes polos vanguardistas del mundo. Por eso no es extraño que la inauguración, el miércoles, sea esperada como "un eterno retorno" que siempre trae sorpresas.Alejandra Rey - La Nación
La Feria Internacional del Libro es uno de los clásicos más esperados del año cultural porteño, que a lo largo de estos 37 años logró posicionar a Buenos Aires entre los más grandes polos vanguardistas del mundo. Por eso no es extraño que la inauguración, el miércoles, sea esperada como "un eterno retorno" que siempre trae sorpresas.Alejandra Rey - La Nación
