El recorrido entonces, es un trayecto dirigido por tensiones entre los puntos más importantes del interior del proyecto (Las Artes Escénicas) y referencias inmediatas del exterior como la Iglesia de Lourdes y los Cerros Orientales. El eje directriz del proyecto, es precisamente el recorrido en la medida en que es a través de éste que los espacios del programa se irán disponiendo de forma adyacente, adquiriendo un significado. Este recorrido impide que la arquitectura que lo contiene se torne predecible, estimulando la incertidumbre a través de operaciones como deprimir, comprimir y elevar al individuo, a través de un recorrido que se convierte en un ducto que abduce al visitante del mundo natural en el que se encuentra y por momentos, se abre hacia el interior o exterior del edificio a partir de estrategias puntuales que se encargan de enmarcar las actividades que promueve el proyecto  y “museificar” así, las referencias de su exterior para arraigar y sensibilizar al individuo, al recordarle el lugar en el que se encuentra.

 

Finalmente, el recorrido es un mecanismo para rememorar la época de los teatros/salas de cine en Chapinero y exaltar la presencia del patrimonio arquitectónico y paisajístico de esta localidad, a partir de la intervención y extensión del Edificio Seguros Bolívar revestido ahora con una vocación de equipamiento cultural.