Caminando por las calles de la Habana me encontré con el Ojo del Ciclón, estaba buscando un tema para mi proyecto de fotografía documental, y al ver tantas obras tan lindas pensé que el artista plástico del taller era perfecto, cuando pregunte por el me dijeron que posiblemente pasaba en un par de horas, me senté con incertidumbre y durante el tiempo de espera descubrí que el taller era más que la exposición del trabajo del artista, era una casa de cultura abierta a todas las expresiones de arte, un proyecto que incorpora el talento y la calidez de muchos. Pase una de las mejores tardes en la habana compartiendo con los artistas, trabajadores y clientes que llegaron ese día al taller, y descubrí el sentimiento de pasión y amor que despierta Cuba en su gente.
Me siento agradecida por la oportunidad de haber realizado este proyecto con gente tan increíble, y si alguna vez pasean por la habana, les recomiendo que pasen por El Ojo del Ciclón a saludar.