Es así como el proyecto pretende reconciliar las poblaciones marginadas una de la otra por medio de la infiltración de 15 inflables que aparecen y desaparecen en el tiempo y el lugar para así generar nuevos espacios de mediación donde puede haber una mayor interacción entre las diferentes comunidades. Estos inflables contienen actividades extraídas de los programas de los eventos metropolitanos, los cuales son espacios de participación pública donde no existe ningún tipo de segregación ni discriminación. 

Estos espacios efímeros permiten generar atmósferas dentro del espacio público en la que se diluye la idea de interior y exterior, y mas bien actuan como catalizadores de actividades en las que la idea de arquitectura se convierte más en un objeto que actua en su integridad, es decir, tanto desde su forma interior como desde su piel exterior.

Lo más relevante del proyecto no es el objeto arquitectónico como tal, sino la forma en la cual este se comporta y finalmente lo que producen al infiltrarse. Esto permite generar una ciudad más democrática en la cual existan espacios de reconciliación para comunidades segregadas a una escala más pequeña que los eventos metropolitanos. Finalmente, el proyecto sugiere algunas formas de uso, pero es  el usuario el que define y modifica su uso; es así como la arquitectura actúa: promoviendo nuevas acciones, efectos y acontecimientos que permiten nuevas formas de habitar los espacios.