Para hablar de forma es importante entender su significado, que es la esencia de los objetos, es decir, la suma de todos las partes esenciales de un elemento. En la ciudad podemos encontrar diversos elementos análogos a las estructuras urbanas pero a una escala menor dentro de la arquitectura. Un ejemplo de esto es cuando decimos que las calles son a la ciudad como las circulaciones a un edificio o los centros de manzana a un barrio como un patio interior a una vivienda.

De esta manera, podemos ver la ciudad como una gran textura conformada por diversos elementos, en donde al generar formas esta textura se introduce en ellas y permite albergar las mismas actividades de la ciudad dentro de esta. Así, podemos ver cómo la forma acoge la ciudad y permite que funcione como un objeto dinámico.

Utilizar la ciudad para hacer arquitectura es una manera de aproximarse al adecuado desarrollo de un proyecto. Es por esto que es indispensable  reconocer cuáles son las piezas o elementos que componen la ciudad y cómo a través de la interacción y relación de estas se permite darle vida a la ciudad. Estos elementos son :

-El lleno

-El vacío

-El entrelazamiento de actividades

-La horadación de masas

-Las preexistentes (naturales y materiales)

-La integración con la estructura ecológica principal

El centro cívico Minuto de Dios nace a partir de la preocupación de entender cómo están conformadas las ciudades y sus estructuras urbanas y cómo esto puede influir en la forma de hacer arquitectura, por lo cual surge la pregunta: ¿Cómo hacer que la forma sea un reflejo de la ciudad?

El barrio Minuto de Dios fue fundado por el padre Rafael García Herreros, bajo el principio de “espíritu de comunidad”, con el cual el padre buscaba crear un barrio en el que primara el interés mutuo sobre el individualismo. Ese ideal se ha ido perdiendo con el tiempo y actualmente los diferentes usuarios que lo conforman (adultos mayores, estudiantes, comerciantes, comunidad religiosa, entre otros) están totalmente desligados entre ellos haciendo que prime el individualismo.

Este barrio sigue el modelo monocéntrico de la ciudad, es decir, la mayoría de actividades se encuentran centralizadas, causando mayor movimiento y congestión en un solo punto. Igualmente, se identifica como un lugar con diversos potenciales, debido a su localización, teniendo como límite la alameda y el río Juan Amarillo y por la existencia de equipamientos de diferentes escalas.

Por lo anterior, teniendo como objetivo recuperar el ideal de comunidad perdido, se propone un proyecto que a través de su forma, implantación y uso, logre conectar, integrar y descentralizar el barrio. El proyecto albergará diferentes actividades deportivas y culturales para garantizar su uso por parte de todos los usuarios del barrio. Además, se organizará a partir de un elemento principal que es el vacío, el cual se repetirá a diferentes escalas de forma estratégica, con un orden lógico y a modo de fractal, según la jerarquización requerida.

Si se logra generar un espacio que vincule a la comunidad y que busque su participación, este se convertirá en un lugar vital para la construcción de sujetos colectivos.