Universidad De Los Andes.

Sergio Vargas Zuluaga.

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Bloque B – EL BOBO

 

No solo la historia sino el valor arquitectónico que ha adquirido este edifico a lo largo de la historia han marcado la condición de este espacio como uno de los símbolos más pragmáticos de la Universidad de los Andes. Conocido en un principio por haber sido el pabellón principal de la antigua cárcel del Buen Pastor, fue adquirido por la universidad a mediados de los años 70 para la adecuación de aulas. En una primera instancia su estructura fue reforzada para funcionar en paralelo al desarrollo de la universidad, pero posteriormente fue intervenido para darle cara a lo que es el bloque B que actualmente se conoce. Junto a éste, también se encuentra ubicada la estatua de San Alberto Magno y el lugar que toma el nombre de la curiosa forma  de llamar al personaje “EL BOBO”.

 

Alejándonos de la historia de este particular lugar y buscando dar una representación clara del porque esté espacio y a su vez el edificio, no solo enmarca gran parte de la esencia de la universidad, si no que también  ponen en evidencia  lo que resulta ser un espacio arquitectónico que se comporta de una manera bastante especial, se puede afirmar que el edifico se encuentra ubicado sobre un terreno considerablemente inclinado, por lo que la función del mismo como conector entre los dos niveles de la universidad es casi obvia. Lo curioso es que la montaña se abre para convertirse en un espacio de flujo y de encuentro, de recorrido y de estancia, generando condiciones bastante adecuadas para diferentes actividades de interacción o descanso.

 

En el lugar se encuentran dos circulaciones tratadas mediantes escaleras las cuales funcionan en paralelo, una al interior del edificio y otra junto a la montaña, las dos funcionan de maneras bastante similares, pero la exterior siempre mantiene un mayor flujo de personas. Esto puede deberse a la cantidad de descansos con los que cuenta; gracias a esto el espacio se encuentra siempre en transito continuo de gente, todo esto se puede apreciar estando recostado sobre la colina del BOBO.

 

El valor del espacio radica en la contraposición contundente entre zonas y materialidades. La colina verde entendida como espacio de permanencia, se contrapone a la circulación que es de una materialidad mucho más dura. Al entender el espacio por partes, no se comprende el valor del conjunto, ya que el edificio sin la zona verde no podría apreciarse de la misma manera.

 

Al vivir el lugar se entienden cosas bastante particulares de las diferentes condiciones que se encuentran en el lugar, siendo la zona verde entendida como un lugar de descanso, el clima se convierte en uno de los factores más grandes que condicionan su uso. Se puede ver a la gente permanecer bajo el solo, o no hacerlo en lo absoluto en un día oscuro. el edificio se convierte en el refugio de los que le huyen de la lluvia, pero también se convierte en la sombra de quienes buscan refugio del sol y quieren seguir siendo consientes y participes  de lo que pasa allá afuera.