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VIVIENDA COLECTIVA - CONDICIONES DE LA ESPACIALIDAD

VIVIENDA COLECTIVA
Condiciones de la espacialidad y la arquitectura que inciden en la convivencia
Valeria Nasiff-201821563

Esta reflexión hablará específicamente de cómo la arquitectura influye en la convivencia y satisfacción de los residentes de una vivienda social. Si bien la vivienda social trata de brindar espacios habitables para las personas de bajos recursos, ha creado problemas de convivencia e insatisfacción entre los residentes. Para profundizar más en este tema, se explicarán aspectos por los cuales los residentes de las viviendas están insatisfechos, estos siendo: La satisfacción de los residentes vs. La economía del proyecto, la convivencia entre los habitantes, y por último la localización de los proyectos de vivienda social. Para lograr hablar de estos temas, se tuvieron en cuenta cuatro textos: herramientas para habitar el presente, La vivienda del siglo XXI de Josep María Montaner, Zaida Muxí y David H. Falagán.(2010) La vivienda: su evaluación desde la psicología ambiental de Esther Wiesenfeld. (1995) The normalization of Bogotá social housin residents: Class tensions in third world urban peripheries de Adriana Hurtado, María José Álvarez y Friederike Fleischer. (2021) Y el texto Vivienda de interés social en cuatro regiones de Colombia: Acceso a vivienda a osta de periferización social, económica, y geográfica de Adriana Hurtado y Friederike Fleischer. (2021)

Una de las mayores problemáticas que tienen los proyectos de vivienda social, son la cantidad de viviendas que hay por proyecto, ya que se hacen edificaciones de aproximadamente “15 pisos en los cuales se hallan distribuidos 150 apartamentos de 2,3 y 4 habitaciones y dotados de servicios completos” (Wiesenfeld,1995, p.20) siendo edificaciones de 1.110 a 1.500 personas, con apartamentos entre 50 y 60m2 no adaptables, es decir, no flexibles para las diferentes tipologías de familias, creando insatisfacción en los residentes, en el ámbito de convivencia, confort y seguridad. Todo esto dado a la creación de edificaciones de gran altura, con poco espacio social y apartamentos con espacio mínimo, dado a la escasez de suelo y el elevado costo de la construcción, esto obliga a que los arquitectos deban escoger entre la satisfacción de los habitantes del proyecto y la economía de este. Lo anterior genera la duda ¿qué tan grande o pequeño debe ser el proyecto para lograr la satisfacción de los residentes y garantizar la economía del proyecto? Pero esta es una duda que no tiene respuesta, ya que las opiniones de los residentes varían, a muchos les gustan estos edificios “bloque” altos y a otros no, llegando a que “La evidencia presentada permite concluir que los superbloques no son en esencia “malos” o “buenos”, sino que el análisis de sus ventajas y/o desventajas debe asociarse a otras variables tanto de naturaleza social, como económica, ambiental y psicológica” (Wiesenfeld,1995, p.19) además, si se analiza las características socioeconómicas y sociodemográficas de los residentes los arquitectos se dan cuenta que varias familias preferirían mudarse a estas edificaciones insatisfactorias, en vez de quedarse en su vivienda actual, volviendo al hecho de que se van a seguir creando estas viviendas “bloques” con familias no satisfechas viviendo en el.

Por otro lado, no solo se debe culpar la arquitectura del proyecto, ya que la insatisfacción de las personas también viene de la convivencia entre los habitantes. Si bien es cierto que por primera estancia los conflictos provienen de la cantidad de personas que habitan estos proyectos, se debe también tener en cuenta las políticas de convivencia que se implementan dentro de estas unidades de vivienda, ya que, para tratar de lograr una armonía y ordenamiento entre los residentes se debe tener cierto orden. Mas no todos se adaptan o deciden no cumplirlas “..muestra retos de convivencia relacionados con el incumplimiento o el (supuesto) desconocimiento de las normas de convivencia en la propiedad horizontal, y lo que muchos residentes suelen señalar como “falta de cultura” algunos haciendo referencia a la cultura ciudadana” (Hurtado, Fleischer, 2021, p.15) esto se debe a que varios residentes de las viviendas sociales provienen de diferentes zonas y clases sociales, con costumbres y ordenamiento diferente, ya que pasaron de casas de dos pisos a apartamentos de 50m2. Además, otro problema de convivencia viene del hecho de que muchas de las viviendas están siendo arrendadas, dejando atrás el sentido de pertenencia de los residentes, lo cual genera anonimato entre los habitantes y, por otro lado, falta de participación dentro de las actividades de los conjuntos.

Por último, se encuentra la insatisfacción entre vivienda-ciudad, ya que una de las características de las viviendas sociales en Colombia es que quedan en la periferia, lo cual genera un aislamiento entre conjunto y ciudad, puesto que hay “falta de accesos a colegios, comercio, lugares de ocio, además de grandes distancias de viajes diarias y falta de oportunidades de trabajo” (Hurtado, Fleischer, 2021, p.18) lo cual produce una desconexión con el entorno urbano, problemas monetarios en los residentes ya que se debe recurrir al transporte vehicular, y crea también, falta de sentido de pertenencia del barrio. Además, Crear estos proyectos en la periferia por motivos económicos dado al elevado precio de construcción y escasez de suelo incumple los valores de proximidad que debe haber entre la vivienda y su entorno, los trayectos deben ser activos con varias actividades al transcurrir, como trayectos al transporte público, compras cotidianas, colegios, trabajos, sanidad, ocio, zonas verdes, deportes y equipamientos, según Montaner, Muxí, Falagán. (2010, p.41) asimismo, al tener esta lejanía entre el barrio y la ciudad, exige que las zonas comunales de los proyectos desaparezcan para poder generar parqueaderos y zonas de circulación vehicular, lo cual crea desconexión entre los residentes y desconexión entre la ciudad, creando otra vez, insatisfacción entre los habitantes.

Para resumir, las viviendas sociales en Colombia tratan de crear espacios habitables para las personas de bajos recursos, mas ha creado problemas de convivencia y satisfacción en varios aspectos. Primero se encuentra la insatisfacción de los residentes ante la cantidad de viviendas que hay en los proyectos, mas estos no pueden contener menos viviendas debido al precio de las tierras y precio de la construcción. Segundo, se encuentra la insatisfacción entre los habitantes debido a las normas planteadas para la convivencia, ya que hace “falta de cultura” y falta de relación entre los vecinos por la escasez de zonas sociales y actividades dentro del conjunto, y por último, se encuentra la insatisfacción ente la vivienda y la ciudad, ya que hace falta la conexión entre las residencias y el entorno cercano. Lo cual nos hace llegar a la conclusión, que las viviendas sociales no tienen una solución exacta para poder satisfacer y crear un entorno saludable para la convivencia entre los residentes, ya que toca “sacrificar” varios factores importantes como la cercanía a la ciudad, la comodidad de los espacios comunales y pocas unidades de vivienda, debido al ámbito económico del proyecto.

Bibliografía
Hurtado, A., & Fleischer, F. (2021). Vivienda de interés social en cuatro regiones de colombia: acceso a vivienda a costa de periferización social, y geografía.
Hurtado, A., Álvarez, M. J., & Fleischer, F. (2021). The normalization of Bogotá social housing residents: class tensions in third world urban peripheries. City & society, 624-648.
Montaner, J. M., Muxí, Z., & Falagán, D. (2010). Herramienta para habitar el presente, vivienda del siglo XXI. Catalunya.
Wiesenfeld, E. (1995). La vivienda: su evaluación desde la psicología ambiental, 1-22


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