Con una punta de su sábana impoluta se limpió la brizna de odio. Luego se alejó, flotando, blanquísimo en la niebla protectora, en busca de algún Dios o de la nada.
Sábana
Con una punta de su sábana impoluta se limpió la brizna de odio. Luego se alejó, flotando, blanquísimo en la niebla protectora, en busca de algún Dios o de la nada.
Sábana
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