Temporada 2019: 30 años de la Sala Beckett.
Cada día nos levantamos... nos miramos en el espejo. Tomamos consciencia. Nos conecta con la vida... nos recuerda que seguimos ahí y al mismo tiempo... conscientes de que el reflejo es incompleto: de que nuestra existencia es algo más de lo que se ve.
Una realidad profunda y efímera, diferente de la que se ve reflejada en el espejo... un espejo que nos pone los pies en la tierra. Nos recuerda como somos y quienes somos... seres mortales, de paso...
Por otro lado, muchas veces no conseguimos distinguir la realidad del reflejo, el espejo no muestra nuestra realidad interna, no sabe dónde empieza la vida y dónde la muerte. Esa difícil frontera...
Concepto, dirección de arte y diseño.
Cliente: la Sala Beckett.
Fotografías: Kiku Piñol.
Maquetación programa temporada: Aida de Miguel.
El espejo va a ser el elemento que nos ayude a contar la relación entre la vida y la muerte... a viajar a través de esa difícil frontera.
Un espejo a través del cual podemos plasmar las diferentes realidades que los autores nos proponen a lo largo de esta temporada. Un viaje transfronterizo entre el binomio: vida-muerte, muerte y vida.
Esta doble realidad de la que hablamos, nos servirá para jugar artísticamente entre la vida y la muerte, integrar las dos facetas de lo que nos define como seres humanos en un doble plano.
Un ciclo infinito que integra y acepta la muerte de una manera más amable... más cercana.
