Entorno Construido

ARQT 2302
Jose Luis Baquero Caicedo
En este curso, se aprende a interpretar la configuración de los espacios como reflejo de la voluntad de una época, de intereses colectivos o individuales, de ideas formuladas por arquitectxs y urbanistas, y de desarrollos tecnológicos. Practicaremos esta habilidad de “leer el espacio” en visitas a edificios y espacios urbanos en Bogotá, y en el analizar espacios del pasado y presente en nuestros propios entornos familiares. Esto nos lleva a desarrollar una reflexión sobre las necesidades espaciales de las sociedades actuales.
Una ciudad moldeada por sus habitantes

A lo largo de mi corta vida he escuchado varias veces una frase que emplea mucha gente  para referirse al futuro, si soy sincero no la había aplicado (y mucho menos había creído que serviría para algo) pero ahora mismo puedo decir con total seguridad que si queremos saber hacia dónde vamos, debemos saber de dónde venimos.
Por lo general cuando se habla de vida urbana en Bogotá se tiende a pensar en el Plan de Ordenamiento Territorial, en el Plan Maestro de Movilidad, en el RETIE (Reglamento Técnico Instalaciones Eléctricas) o en la NSR 10. Por lo general se tiende a mirar la ciudad como un ente colectivo, se tiende a observar Bogotá desde una perspectiva macroscópica desde la cual se tiene una vista que abarca todo. Pero en realidad Bogotá funciona como una red de interacciones; de distintas culturas, generaciones, pensamientos y creencias, todas estas logradas a partir del eslabón más básico e importante: La Familia.

Le Corbusier diría alguna vez cuando llegase a Bogotá que este sería el lugar menos indicado para crear una ciudad. Y es que Bogotá, la capital de un país en el que casi todas las ciudades tienen su propia canción, es la ciudad más despreciada por sus propios habitantes. Bogotá es una ciudad de migrantes, una ciudad que el tiempo y los movimientos políticos y culturales la han cambiado, es una ciudad bendita y maldita, es la ciudad en la que yo nací.

Bogotá creció en descontrol, a pesar de los distintos planes que se le dio para esculpirla y darle una forma “adecuada” como lo fueron el plan Bogotá Futuro o el plan Piloto de Le Corbusier, Bogotá no siguió un control establecido, ni en forma ni demográficamente, porque curiosamente nunca siguió las predicciones estimadas. No es un solo factor el que moldea la forma de una ciudad, son las interacciones entre familias y personas la que le dan forma a la ciudad. Le Corbusier no dijo lo que dijo por ignorancia, en Bogotá no hay puertos, no está cerca red de comercio y el suelo no es el mejor para construir. Por otro lado, es la ciudad más poblada y donde sin lugar a duda están las cabezas políticas.
No creo que la importancia de Bogotá solo provenga de la casa de Nariño o las sedes de las instituciones gubernamentales. En cambio, considero que es la gente la que le da la mayor importancia a Bogotá. Cabe recalcar que la mayor parte de la migración hacia Bogotá no fue porque los inmigrantes creyesen que Bogotá era un lugar mejor; la mayor parte de los inmigrantes dejaron sus pueblos y veredas gracias al conflicto armado.
¿Y cuando llegaron a Bogotá que encontraron? Una ciudad fría, en la que se puede ver claramente la distinción socio-económica con respecto al lugar en el que se vive. Una ciudad que pronto seria azotada por bombas y ataques terroristas, pero una ciudad con un encanto implícito, en el que gracias a las circunstancias muchos tendrían que quedarse pero en el fondo le cogería cariño a esta ciudad joven que con sus errores progresa poco a poco.

Muchos dejaron el verde de los espacios en los que cultivaban y cuidaban el ganado, para encontrarse en una selva de asfalto, ladrillo y concreto. Cambiaron tener que moverse a pie o en mula por trochas de tierra, a tener que movilizarse en busetas en calles de pavimento. No se podría decir si el cambio fue peor o mejor, pero lo que sí es verdad es que se adaptaron a este nuevo ambiente, lo hicieron suyo y con el tiempo emprendieron y progresaron aquí, en esta ciudad marcada por los cerros orientales.
Una generación tuvo que moverse por obligación a una ciudad a la que no conocían por culpa de un conflicto armado que en el fondo es poca ciencia y mucha sangre, la siguiente generación tuvo que adaptarse desde joven a una ciudad cuando la guerra en Colombia estaba en su pico más alto en una época donde las bombas y los asesinatos de dirigentes políticos fueron hasta comunes. Y la última generación, creció encerrada en un apartamento en un conjunto cercado, con el miedo de una ciudad donde te asesinan por un celular o una bicicleta.

Visto de esa forma parece hasta un despropósito, pero somos humanos es parte de nuestra naturaleza caernos y equivocarnos, pero también podemos aprender de nuestros errores. Somos humanos y es muy probable que en el futuro de esta joven ciudad asesinaremos, robaremos y destruiremos, pero también aprenderemos, creceremos y construiremos un habitad perfecto. Ya muchas generaciones han tenido que perder a los seres que amaban y dejar las tierras que habitaban, pero al igual que esas generaciones lograron establecer un hogar y habitar una ciudad, nosotros podemos hacer que el futuro de esta caótica ciudad conocida como Bogotá sea brillante y próspero.

Jose Luis Baquero Caicedo 201911511
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